Hay días en que todos los que creías tu aliados (incluído tu nuevo horno al que tanto quieres) se alinean planetariamente para que todo te salga mal.
Se te quema la lasaña y el lenguado está crudo.
¿Cómo puede pasarme esto a mí? ¿Cuántas lasañas habré cocinado? ¿Cuántos lenguados han estado en su punto perfecto de cocción?
Las respuestas: La lasaña se tostó porque olvidé que la estaba haciendo mientras batía la masa de los cupcakes, hablaba con mi madre por teléfono y reñía al peque porque lanzaba pelotas asesinas (sí, ya sabéis que es su hobby más querido)
¿Y el lenguado? Pues que queréis que os diga... Que soy incapaz de encontrarle el punto a según que tipo de pescado.
Así pues, nadie planeó ninguna cruzada contra mí y es inútil que lo piense. Soy yo misma y mis circunstancias.
Y lo de los cupcakes va por el mismo camino. El riesgo de estar intentando variar recetas para hacerlas más tuyas, tiene sus consecuencias. Eso, y lo de la conversión de las medidas en tazas, lo reconozco. No siempre atino cuando "traduzco" las recetas americanas que están expresadas en tazas (y menos aún cuando aplico de memoria lo que he visto en varias recetas) Podría usar los medidores de tazas, pero me sigue gustando trabajar en gramos.
Vamos a la cuestión que importa después de ver el primer desastre en qué se convirtieron estos pequeñines que tan bien olían y que prometían mucho.
¿Por qué se hundieron los cupcakes?
En la primera receta que escribí, la cantidad de harina era bastante escasa comparada con la cantidad de azúcar y mantequilla. Eso debería haberme dado la pista (la verdad es que lo pensé pero preferí seguir adelante con el experimento)
Los ingredientes secos y los húmedos estaban francamente descompensados y eso, a no ser que seas un genio de la repostería o estés usando una receta súper contrastada, suele ser sinónimo de fracaso.
Una de las combinaciones que más me funciona es la de 100 gr. harina, 100 gr. azúcar, 100 gr. de mantequilla y dos huevos (con las variaciones pertinentes de aromas o pastas naturales, por ejemplo)
Si quiero introducir fruta natural hecha puré en la receta, tengo que calibrar un poco la textura de la fruta y su contenido de agua para poder prever la textura que conseguiré al final.
Con la levadura reconozco que nunca soy muy constante pero para esas proporciones suelo usar media cucharadita de levadura.
Cuando la receta incluye montar claras, el tema de la levadura se complica y no suele ser necesaria porque el aire de más que incluyes en el preparado, asegura que el cupcake suba y quede esponjoso (además suelen ser recetas que tampoco tienen mantequilla ni aceite alguno, el propio huevo actua de elemento húmedo por la densidad que consigues con el montado)
Y cuando empiezas a hacer recetas que incluyen nata, buttermilk o bicarbonato sódico (además de la levadura) hay que tener más cuidado con las cantidades (en estos casos yo siempre aconsejo dejar de lado los experimentos y recurrir a un blog de confianza para hacer la receta con las cantidades indicadas al dedillo)
La temperatura del horno siempre es una incógnita, pero después de la cantidad de cupcakes que he horneado, puedo aconsejaros el termómetro de horno como vuestro mejor aliado. Nunca podréis estar seguros de la temperatura que proporciona vuestro horno hasta que lo midáis (eso de fiarse de lo que pone en el botón o la pantalla líquida no es una opción...)
Si la temperatura del horno es demasiado alta os pueden salir cupcakes con copetes algo puntiagudos y si tenéis suerte, se mantendrán los copetes una vez fuera (la mayoría de veces bajan tras el horneado) También os puede pasar que, directamente, se hundan un poco del centro después de sacarlos (pero nunca como en estas imágenes, esto fue fruto de la falta de harina que hiciera de soporte a los huevos y la nata)
Ahhh... Y cuando "accidentalmente" algún especimen bajito de esos que tanto corren por casa, toque vuestro horno y lo deje con baja temperatura, se cocerán primero los laterales y el centro quedará levemente hundido.
También puede pasar que el horno no caliente igual en toda la superficie, por eso no todas las líneas de horneado del molde de cupcakes son idénticas. Eso es lo que me pasaba a mí con mi antiguo horno que, a pesar de ser un desastre, muchas veces me sorprendía con golpes de suerte como este cupcake redondito.
Resumiendo... ¿Por qué se hunde el cupcake?
· Los ingredientes secos y húmedos están totalmente descompensados y el cupcake no puede tomar cuerpo.
· La temperatura del horno es muy alta, crecen muy rápido, y al retirarlos bruscamente del horno, se hunden.
· La temperatura del horno es muy baja y sólo se cuecen los laterales, el centro queda completamente hundido
Evidentemente, estos apuntes no son ninguna regla y puede haber muchas más razones, pero estas son tan sólo algunas líneas sobre mis experiencias y, aunque hay muchísimas cosas a tener en cuenta cuando horneamos, lo mejor es dejarse llevar y experimentar muchísimo.
Y ahora os dejo con la receta, está simplemente deliciosa y además, está hecha con ingredientes básicos que puedes encontrar en cualquier cocina.
Ingredientes: (18 unidades aprox.)
125 gr. mantequilla
200 gr. azúcar moreno
100 gr. azúcar blanquilla
2 huevos L
220 gr. harina
1 cucharadita levadura química
120 ml. nata líquida (porcentaje 35,1 % materia grasa)
1 pizca de sal
Preparación:
Precalentar el horno a 180º. Preparar el molde con las cápsulas de los cupcakes (éstas son una novedad de House of Marie) Tamizar la harina junto con la levadura y la sal.
En un bol, con las varillas, mezclar la mantequilla y los dos azúcares hasta que éstos se incorporen totalmente. Añadir los huevos unos a uno y previamente batidos.
Incorporar una parte de la harina e ir alternando harina y nata hasta que la mezcla quede suave y emulsionada.
Hornear a 180º alrededor de 20 minutos o hasta que al pinchar con la brocheta, ésta salga limpia.
Retirar del horno y dejar reposar en el molde 3-4 minutos. Retirar del molde y enfriar totalmente en una rejilla.
Para decorarlos he hecho una crema de caramelo.
Ingredientes:
125 gr. mantequilla
200 gr. azúcar moreno
80 ml. nata líquida 35,1 % materia grasa
1 pellizco de sal
260 gr. icing sugar (o azúcar glass)
Preparación:
Pasar el azúcar moreno por el robot de cocina para asegurarnos de que la textura se vuelve más fina y tamizarlo después (si no, lo notaremos en exceso cuando probemos la crema)
Batir la mantequilla con el azúcar moreno hasta que se integren. Tamizar el azúcar glass junto con el pellizquito de sal e incorporarlo a la crema batiendo a velocidad media. Incorporar la nata (que no esté muy fría) y seguir batiendo unos minutos más hasta emulsionar la crema.
Incorporarla a la manga pastelera y decorar con la boquilla escogida (para hacer esta forma he usado la boquilla 2D)
Para dar una pista del sabor del cupcake, he decorado también con un poco de caramelo líquido que he puesto antes en una manga con una boquilla redonda fina para intentar hacer un ligero efecto de topos sobre el cupcake.
La flor está hecha con un cortador y nervador de petunia increíblemente fácil de usar, rápido y muy vistoso (las flores se hacen en un plis y puede sacar de un apuro cuando tienes que improvisar muchos cupcakes) He usado pasta de goma Satin Ice teñida con Americolor warm brown y he maquillado la flor con colorante en polvo oro y negro (para envejecerlo un poquitín)
PD. Acabamos de llegar a la cifra de 15.000 seguidores en facebook!!! Esto es impresionante, muchas gracias, ya lo he dicho más de una vez pero me reafirmo: ESTO ES UN SUEÑO HECHO REALIDAD. Quiero celebrarlo como se merece así que he pensado que los próximos 50 pedidos que hagáis en la tienda a partir de ya mismo, se beneficiarán de un 10% de descuento en todas y cada una de las categorías. Sin excepciones. Para ello sólo teneis que introducir el código 15.000FB en el resumen de vuestro carrito.
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