* Me ha quedado un post súper largo, pero os lo juro, al final hay receta, y de las buenas...
¿Que ocurre cuando necesitas preparar una tarta y sabes que no vas a tener tiempo para grandes proyectos? Que toca buscarse la vida y encontrar recetas rápidas para poder hacer, en cuatro o cinco horas una tarta con su frosting correspondiente. Y para complicar más las cosas, os recuerdo que estamos en agosto, con lo que "esperar a que el bizcocho esté completamente frío" no es algo que parezca que se pueda hacer en poco tiempo (gracias a dios, el problema del bizcocho es proporcional a la ventaja de conseguir que la mantequilla se ponga a temperatura ambiente.
En fin, os cuento paso a paso de que va la historia. Necesito poder hacer una tarta en cuatro horas. Veamos, ¿que tal un bizcocho de chocolate? Sí, perfecto, ahora busco una receta, pero.. ¿de que lo cubro? Se me pasó por la cabeza la nata montada, pero no sé porqué (más fácil, imposible) la descarté... ¿Ganache de chocolate? Pfff... muy visto. Quiero hacer una tarta fácil, pero que tenga un algo... ¿Buttercream de chocolate? Ya la hice el año pasado. ¿No había oído habla de un frosting con harina, que se empezaba haciendo una especie de bechamel? ¿Ese que todo el mundo dice que es uno de los mejores, si no el mejor? Pues a por él.
Pero antes del frosting, viene el bizcocho, y aunque tengo varias recetas de bizcocho de chocolate estupendas, necesitan de un montón de pasos, y sólo me faltaba eso, así que me lancé a la búsqueda de un "easy chocolate cake". Y dicho y hecho, ahí estaba la web BBC Food al rescate, con una receta de exactamente como la que buscaba: Tarta de chocolate fácil. Y es que si la lista de ingredientes me convenció (imprescindible no tener que ir al súper a por alguna cosa), lo mejor fueron las instrucciones: "poner todos los ingredientes en un bol..." ¿Todos? ¿En serio? ¿Así tal cual? Genial, ya tengo la receta para el bizcocho (ahora sólo hace falta que funcione)
El tema del frosting fue otro cantar, y no porque me costase encontrar la receta, sino por leer demasiado. Me explico. Encontré una receta de ese frosting con bechamel, que además prometía obrar maravillas sobre un bizcocho de chocolate (¿se puede pedir algo más?). Una de tantas, porque cambiando proporciones más o menos todas van de lo mismo. Así, ¿cual es el problema? La investigación.
Y es que, mientras se enfriaban los bizcochos me dediqué a investigar no tanto la receta como la cantidad que necesitaba para cubrir la tarta. Y de web en web, antes de dar con la cantidad para cubrir mi tarta, me encontré con la frustración (y el miedo) hecho entrada de blog: Pintrosity.
Pintrosity es un blog (hay varios de este estilo), dedicado a enseñar proyectos de Pinterest fallidos. Es decir, te ponen la preciosa foto del DIY de Pinterest, y después, lo que puede llegar a salir si no eres un crack de las manualidades.
Aclarado este punto, el hecho de que este frosting maravilloso apareciese en su peor versión en Pintrosity hizo que me entrasen dudas. Sobretodo, porque no tenía margen de error: o salía, o no había tarta. Pero lo peor era la entrada en Pintrosity, lo peor eran los comentarios: uno tras otro todo el mundo comentaba lo difícil que era conseguir el punto exacto, los intentos hasta que salía bien... vamos, que parecía que el ensayo error con esta receta no era opcional. Vamos, que las opciones de que saliese a la primera parecían, a simple vista, escasas.
Mi miedo aumentaba a medida que leía más y más comentarios que decían que la bechamel tenía que enfriar completamente (¿he dicho ya que estamos en agosto?) antes de incorporar la mantequilla. De lo contrario, el desastre era inevitable. Para añadir tensión, la mantequilla tenía que estar a perfecta temperatura ambiente, ni muy fría (eso no es problema) ni muy caliente (¿lo de agosto ha quedado claro, no?)
En fin, que ya me estaba planteando hacer una buttercream de chocolate o algo más seguro, mientras por otro lado me negaba a rendirme. Miraba y remiraba blogs y más blogs con la receta del frosting explicada paso a paso, y me decía a mí misma que no podía ser tan difícil, pero entonces la imagen de Pintrosity aparecía y me decía que si la cagaba, no habría tarta a no ser que la decorase con Nocilla.
Y entonces, como por arte de magia, leí estas bellas palabras (más o menos): "había probado esta receta sin éxito varias veces hasta que dí con esta nueva versión"... O sea, que hay una versión que parece funcionar mejor que las otras... Bueno, no sé como funcionan las otras pero os aseguro que esta funciona, de verdad. Mi salvadora, Mel, de Mel's Kitchen Café, con esta receta de el mejor frosting hecho jamás.
La diferencia de esta receta es la bechamel. En todas las otras recetas se hace una especie de bechamel calentando la leche con la harina, y luego se incorpora a una mezcla de azúcar y a harina. Esta receta lleva Maizena además de la harina, y se mezcla todo excepto la vainilla y la mantequilla, que se añaden a la mezcla una vez fría. ¿Será este el secreto del éxito? Prometo probar la versión original y hacer una comparación. De momento, sí que os puedo decir que es uno de los mejores frostings que he hecho, suave, sin sabor a mantequilla, con una textura maravillosa, y brutal combinado con el chocolate. Y al final, no muy difícil de hacer (excluyendo la parte de "dejar enfriar completamente" en pleno agosto, que tuve que acelerar poniendo el bol de la mezcla al baño maría con agua con hielo). El único contra, que al probarlo sólo, notaba quizá un poco de sabor a harina, aunque una vez sobre el bizcocho era completamente inapreciable.
Y después de este rollazo, os dejo debajo la receta para que la probéis y juzguéis...
TARTA DE CHOCOLATE Y VAINILLA SUAVEPara el bizcocho
225 gr de harina
350 gr de azúcar
85 gr de cacao en polvo sin azúcar
2 huevos
250 ml de leche
125 ml de aceite de girasol
2 teaspoon de extracto de vainilla
1 1/2 teaspoon de levadura química
1 1/2 teaspoon de bicarbonato sódico
250 ml de agua
Para el frosting
300 gr de azúcar
30 gr de harina
3 tablespoon de harina fina de maiz (Maizena o similar)
Una pizca de sal
350 ml de leche
2 teaspoons de extracto de vainilla
340 gr de mantequilla, a temperatura ambiente, cortada en dados
Empezamos haciendo el bizcocho.
Precalentamos el horno a 180º y engrasamos dos moldes redondos de 20 cm, forrando la base con papel de horno.
Ponemos el agua a hervir. Mientras, ponemos el resto de ingredientes en el bol de la batidora (aunque también se puede hacer a mano) y mezclamos hasta que todos los ingredientes se hayan combinado perfectamente. Sin dejar de batir, a velocidad baja, añadimos el agua hirviendo poco a poco. Obtendremos una mezcla muy líquida, es normal.
Repartimos la mezcla entre los dos moldes y horneamos unos 25-30 minutos. Sacamos del horno y dejamos enfriar. Cuando el molde ya no esté caliente al tacto, desmoldamos y dejamos que los bizcochos se enfríen totalmente sobre una rejilla.
Para hacer el frosting, en un bol mezclamos con unas varillas el azúcar, la harina, la harina de maíz, la leche y la sala. Cuando esté integrados, pasamos la mezcla por un colador para evitar grumos, y la ponemos en un cazo. A fuego medio-alto, calentamos la mezcla removiendo constantemente con las varillas. Al principio parece que no pasa nada, pero poco a poco la mezcla se irá volviendo más consistente. Hay que esperar hasta que la mezcla esté bien espesa (que nos cuesto remover) y que empiece a burbujear. Una vez llegado a este punto, retiraremos la mezcla del fuego, la pasaremos a un bol limpio y la dejaremos enfriar completamente. Es imperativo que la mezcla esté totalmente fría antes de añadir la mantequilla, o no funcionará. Si hace mucho calor o tenemos prisa, podemos poner el bol a remojo en agua fría `para acelerar el proceso. No debemos poner la mezcla en la nevera.
Una vez tengamos la mezcla completamente fría, la ponemos en la batidora, con el accesoria de varillas, no con la pala, y añadimos el extracto de vainilla. Mezclamos hasta que esté bien integrado. Sin dejar de batir, a velocidad media-baja, vamos añadiendo la mantequilla (que debe estar a temperatura ambiente) poco a poco. Subimos la velocidad de la batidora a media-alta y batimos unos dos minutos. Obtendremos una mezcla cremosa más ligera que un buttercream común, pero estable como para usarla con la manga.
Rellenamos la tarta y la cubrimos con la crema. Yo la he decorado con virutas de chocolate, pero podemos usar la crema restante con la manga para realizar alguna decoración sobre la tarta.
Con las cantidades que he puesto podéis rellenar y cubrir una tarta más grande, o una tarta con tres discos de bizcocho en lugar de dos.
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